2.8.06

INAUGURACIÓN DE VIVIENDAS EN ROSARIO, PROVINCIA DE SANTA FE

Señor gobernador de la provincia de Santa Fe; señor Intendente Municipal; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; señora vicegobernadora de la Provincia; señores legisladores nacionales y provinciales; familiares que reciben hoy las viviendas, adjudicatarios; amigos y amigas de las distintas localidades presentes acá; amigos del Correo: creo que son muy importantes las obras que estamos inaugurando en el día de hoy. Recuerdo cuando acordamos trabajar en forma conjunta con el Gobierno de la Provincia y con la Intendencia Municipal sobre cómo se podían erradicar todos estos problemas de marginamiento que generaron, como decían el Gobernador y el Intendente, las décadas de aplicación de políticas neoliberales.

Estoy feliz, honrado de compartir con el pueblo de Rosario la inauguración de estas primeras 235 viviendas fruto del trabajo realizado en forma conjunta por las instituciones del Estado. Así debe trabajar el Estado, en forma solidaria y conjunta. Se los digo porque les puedo asegurar que lucho noche tras noche y día tras día soñando y trabajando por una Argentina distinta. ¿Saben quiénes son los que me dan fuerza para seguir luchando? No es aquella dirigencia que todos los días se levanta para ver cómo puede salir desde un micrófono para poner trabas o poner en marcha la máquina de impedir, los que me dan fuerza de corazón son ustedes cuando me tocan, cuando me dicen que no afloje, cuando me dicen que vaya para adelante, que trabaje por la Argentina. Les puedo asegurar que no hay mejor fuerza espiritual que la fuerza espiritual del pueblo, que la fuerza espiritual del corazón, que la fuerza espiritual de la fe, que es la que nos va a ayudar a cambiar definitivamente la Argentina.

Escúchenme bien, el día de hoy en el Congreso de la Nación Argentina se va a tratar una ley que algunos pícaros llaman de “superpoderes”, pero es una ley de administración financiera que tienen la mayoría de los gobiernos provinciales y municipales, inclusive acá el de Rosario con la movilidad de partidas y demás, y está bien que la tengan. Yo estoy necesitando los instrumentos para poder gobernar y llevar la Argentina adelante y me tratan de trabar, me tratan cortar, por eso el apoyo del congreso y el apoyo de ustedes es fundamental para lograr la conducción y la administración del Estado.

Fíjense, el Intendente Municipal y el Gobernador lo saben, después de esta ley voy a poder adecuar la partida para hacer la costanera de Rosario, una obra de 30 millones de pesos que tenemos parada porque no podemos adecuar la partida, después de esta ley la vamos a poder hacer. Después de esta ley vamos a poder hacer los dos tramos que nos faltan de la Ruta 9, que tenemos que adecuar también 200 millones de pesos para poder hacerla; vamos a poder avanzar con la rapidez que la Argentina necesita, con la rapidez, con la cristalinidad que estamos administrando los fondos de nuestra patria, como corresponde para que lleguen a la clase media, a los que menos tienen, a los empresarios, a los trabajadores, para devolver la movilidad social perdida en nuestro país.

Por eso, con muchas ganas, con mucho esfuerzo, trabajando por la industria, les digo a los compañeros y a los amigos que no hay mejor himno que el de la patria, los argentinos necesitamos el himno, la bandera, la escarapela y unirnos a las grandes consignas que la Argentina necesita hoy. Esto es central y fundamental. (Aplausos)

Vengo a trabajar feliz a Rosario, vengo a trabajar con un intendente que no es de mi signo partidario, pero es de la Argentina, de los que quieren también que la Argentina vaya adelante, como lo quiere el Gobernador, con el que nos une una larga amistad de trabajo y mucho tiempo pensando, como él decía, en la utopía de cambiar el país.

Con todos ustedes es posible hacer un país diferente. No importa que ataquen, no importa que agravien, yo les pongo el pecho y el corazón al ataque y al agravio; si esto sirve para que la Argentina crezca, síganme atacando porque lo que a mí me importa es la Argentina, no mi persona, esto es central y fundamental. (Aplausos)

Por eso les pido que me ayuden, les vengo a pedir humildemente que me ayuden a acertar, que me ayuden a equivocarme menos, que me ayuden, como me están ayudando, a llevar la Argentina adelante. Esa palmada que me dan, ese beso que me van dando no saben la fuerza y la potencia que le da a uno cada día para la batalla cotidiana, y yo estoy tratando de hacer todo lo que puedo

Soy un hombre que vino del sur, algunos me dicen casi despectivamente pingüino, soy un pingüino del sur, con alegría, con fuerza, con ganas, que como el pingüino ama la vida, cuida al hermano y a sus hijos.

Voy a seguir viniendo a Rosario, aquellos gorros amarillos que veo allá son los gorros del trabajo, los gorros del esfuerzo, los gorros de la dignidad, los gorros de los trabajadores de la construcción, de la industria, del campo, que vuelven a enorgullecer a los argentinos.

Queremos volver, como dijeron con toda certeza el Intendente y el Gobernador, a que el trabajo dignifique. Claro que durante muchos años se fue marginando a mucha gente, pero es hora de seguir así con ganas, con fuerza, con nuestras convicciones, con amor en la gente, respondiendo a cada palmada con cariño y respondiendo a cada agresión con amor.

La Argentina necesita de emprendimiento, necesita encuentro espiritual, necesitamos sentirnos más, necesita querernos más. Y en este tiempo, en el que todavía estamos luchando por salir del infierno, espero poder decir a los argentinos, cuando me toque terminar mi mandato, que estamos en la puerta del purgatorio y que hemos triunfado en una etapa de trabajo y esfuerzo solidario. No que ha triunfado un hombre, no que ha triunfado un grupo de hombres y mujeres, sino que el pueblo argentino fue capaz de recuperar su autoestima y le demuestra al mundo cómo puede crecer, cómo puede recuperar la justicia, cómo puede recuperar la equidad.

Le estamos ganando la batalla a la pobreza, le estamos ganando la batalla a la desocupación, le estamos ganando la batalla a la indigencia, estamos ganando la batalla de la inversión, estamos ganando la batalla del crecimiento, entre todos los argentinos, no hay dueño.

Por eso, queridos hermanos, para terminar los insto a tomarnos de las manos, a mirar la bandera, a mirar a San Martín, a mirar a Mariano Moreno, a mirar a Belgrano, a abrazarnos en esa bandera, levantar el ¡Viva Rosario, viva Santa Fe, viva la Patria! Levantar la solidaridad, levantar el amor, desterrar el agravio y construir una Argentina que nos contenga a todos.

Muchas gracias Rosario, muchas gracias señor Intendente, muchas gracias señor Gobernador.